Las creencias conviven con nosotros prácticamente desde que nacemos, son parte de nuestra vida y nos ayudan a subsistir.
Partamos ahora por aclarar ¿qué es una creencia? Una Creencia es aquel pensamiento al que das por cierto, algo que tú crees que es asi y no hay manera de cambiarlo.
Construímos la mayoria de las creencias basándonos en nuestras experiencias personales y actuamos como si fueran ciertas; y otras creencias las vamos adquiriendo desde la infancia a través de nuestros padres, por ejemplo.
Es probable que alguna vez hayas tenido estos pensamientos: “no soy capaz”, “no puedo confiar en nadie”, “sin sufrimiento no hay beneficio”, “lo bueno dura poco”, “los otros son mejores que yo”, “nunca logro lo que quiero”. Si te has identificado con algunas de estas frases ejemplos, ellas y otras creencias similares sólo son ciertas si actuas como si lo fuesen. Supongamos ahora que son falsas, ¿cómo te sentirias con eso?, ¿qué significaría para ti saber que estas creencias no son ciertas?
Hay historias que nosotros nos contamos para que aquello que consideramos importante en nuestra vida funcione. Cada uno de nosotros tenemos valores que son de gran importancia, como por ejemplo: Amor, Felicidad, Exito, Bienestar, Seguridad, Estabilidad, etc.
Eligiré uno de estos valores para darte un ejemplo de cómo opera una creencia condicionante o limitante en nuestra mente.
Tomemos Felicidad. ¿Quién puede vivir en Felicidad los 365 dias del año? Esto parecería una locura, sin embargo, no es imposible manifestar Felicidad a diario y sabes ¿por qué? Porque tú eres FELICIDAD. Porque para ti es importante la felicidad y por ende ésto tiene un gran valor en tu vida diaria. Eso es lo que tú eres detrás de todas las creencias condicionantes o limitantes.
Aunque tu no sientas Felicidad todos los dias, no es porque no eres capaz de sentirlo, es por la forma que has diseñado tu vida cuando condicionas Felicidad pensando algo como “para tener Felicidad debo pasar esto o aquello…”- somos tan severos con nuestras creencias que a veces se nos hace imposible lograr sentir lo que queremos.
Para despedirme, quiero dejarte dos preguntas para que te hagas el día de hoy y puedas pensar acerca de lo que he escrito en este articulo.
Pregúntate, ‘¿qué es lo que creo, siento o pienso que me impide lograr mi propósito?‘, cualquiera que este sea, sobre tu familia, amor, metas,etc. Probablemente la respuesta sea una creencia. Ahora bien, házte la siguiente pregunta, ‘¿esta creencia sirve a mi propósito?‘, es decir, ¿te acerca o te aleja de aquello que deseas?
Haciendo esto, habrás descubierto que con dos simples interrogantes has puesto en evidencia aquello que está obstaculizando tu camino hacia tu mayor anhelo. Las creencias no son buenas o malas, simplemente están alli y nos han servido para mantenernos cómodos y seguros. Y lo mejor es que podrás trabajarlas y cambiarlas para que puedan ayudarte a poner el foco de atención a lo que tú quieres (un propósito, meta u objetivo).
Dime ahora: “¿Quien serías tú sin esas historias que te cuentas?”
Autor colaborador: Viviana Alomar.
Life Coach
Email: [email protected]
Y tú, apreciado lector, ¿te atreves a compartirnos pensamientos limitantes que cambiastes para transformar tu vida?