Mónica Rojas-Stewart: “Todos en este proceso estamos aprendiendo mucho sobre la belleza que existe en la diversidad humana y sus expresiones culturales”

Mónica Rojas-Stewart: “Todos en este proceso estamos aprendiendo mucho sobre la belleza que existe en la diversidad humana y sus expresiones culturales”

La población afrolatina en los Estados Unidos en tiempos recientes ha venido representándose e identificándose mucho mejor, según reporta la organización Pew Research Center ya más de 6 millones de […]

La población afrolatina en los Estados Unidos en tiempos recientes ha venido representándose e identificándose mucho mejor, según reporta la organización Pew Research Center ya más de 6 millones de adultos se identifican como afrolatinos, lo que equivale a decir son el 2% de la población total adulta del país, el 12% de la población latina adulta, y en donde 1 de cada 7 afrolatinos no se identifica como hispano. Estos datos interesantes reflejan la diversidad y complejidad, entre otras cosas, a la hora de intentar mostrar sus historias, tradiciones, lenguajes y cultura claramente. En Seattle, por ejemplo, la comunidad afrolatina ha crecido significantemente y ha ido organizándose a tal punto que lo conforman grupos vibrantes de personas proactivas y profesionales en distintas áreas que se reúnen con el objetivo de honrar a sus generaciones, de resaltar las enseñanzas de sus antepasados y de insistir en el mantenimiento de esas tradiciones que los representan a nivel mundial.

Hay varios eventos sucediendo en el estado de Washington a lo largo del año que toman lugar para celebrar a esta comunidad afrolatina a través de festivales musicales, espéctaculos de danza, exhibiciones de arte, y festivales de comida. Y uno de esos eventos notables, y razón de nuestro artículo de hoy, es conocido como De Inga y Mandiga, un espectáculo de danza creado y organizado por la artista Mónica Rojas-Stewart, de origen peruano, quien junto a otros artistas deleitan a una audiencia que apoya el trabajo cultural de tantos grupos minorías.

Hablamos con Rojas –también fundadora de la organización Movimiento Afrolatino Seattle (MAS) y de De Cajón Project–para conocer con detalles qúe significa para ella este evento cultural, cuál mensaje desea transmitir y esas sorpresas para la presentación, siendo que se reanuda luego de 3 años de pausa por impactos de Pandemia, y se llevará a cabo el día 5 y 6 de mayo en el Langston Hughes Performing Arts Institute.

LS: ¿Como nace De Inga y Mandiga y cúal fue tu propósito cuando iniciaste con este evento desde el 2012?

De Inga y Mandinga nace de mi exploración por aplicar la antropología a las artes, de mi necesidad tanto intelectual como artística de investigar, profundizar y dar visibilidad a historias invisibilizadas que nos ayudan a entender el panorama social en que vivimos. No vivimos en aislamiento. Estamos conectados de muchas maneras y nuestras expresiones culturales son el resultado de hechos tanto históricos como contemporáneos que involucran colonialismo, migración (voluntaria y forzada) encuentro de culturas, resistencia y sobrevivencia cultural.

Al llegar a esta parte de los Estados Unidos más de 20 años atrás me di cuenta de que mucha gente no sabía sobre la presencia de poblaciones afrodescendientes en el Perú y en otras partes de Latinoamérica. Entonces el propósito de De Inga y Mandinga es contar nuestras historias y romper con las narrativas que persisten en una proyección de una identidad latina monolítica que niega todas estas otras maneras de ser, de vivir y sobrevivir, de luchar, de experimentar la vida y expresar nuestra identidad. De Inga y Mandinga es un proyecto que nos une y que educa sobre estas historias y busca con el entendimiento de nuestra rica historia y diversidad luchar contra el racismo y buscar justicia social.

LS: Para lograr el evento de este año, ¿cuáles fueron un par de estrategias claves en las que te apoyaste?

  • Muchísima paciencia. La pandemia nos hizo posponer este espectáculo tres veces. Además, surgieron muchos otros obstáculos en el camino ya que estamos viviendo en tiempos muy diferentes post-pandemia.
  • Abertura y curiosidad han sido también importantes estrategias para explorar nuevas posibilidades artísticas. Escucharnos unos a otros y explorar colectivamente lo que es importante para cada uno de los que están participando
  • Saber escuchar a todas las voces para una efectiva colaboración igualmente ha sido importante. Para mí es fundamental que este trabajo sea relevante y sea significativo para cada artista a nivel personal. Aunque soy creadora y directora de De Inga y Mandinga, este es una creación colectiva donde todos han aportado y de ahí viene la entrega incondicional de cada artista participando para que este sea un evento exitoso.

LS: ¿Qué mensajes pretendes transmitir este año con el evento?

El mensaje de De Inga y Mandinga es siempre un mensaje de unión y de conexión, de ancestralidad y la importancia de reconocer y honrar nuestras raíces. Aunque el elemento Afro-diaspórico siempre ha estado en el corazón y al frente de este espacio artístico, este año decidimos explorar una nueva tradición, la cultura y repertorio sefardita. Existe mucha presencia judía en muchas partes de Latinoamérica y decidimos incorporar expresiones artísticas de esta tradición. Las historias de la diáspora judía tanto como la africana, aunque muy diferentes en muchos sentidos comparten también cosas en común y en el proceso creativo este año hemos querido difundir un mensaje de que a pesar de que tendemos a enfocarnos en las diferencias, muchas veces podemos encontrar vidas paralelas y vernos reflejados en el otro, solo si nos damos la oportunidad de vernos y entendernos unos a otros.

LS: Compártenos de algunas de las experiencias gratificantes que han vivido como equipo en la preparación de este evento y la de años anteriores.

¡Definitivamente la entrega de cada uno de los artistas! Todos han aportado inmensamente en el proceso creativo, con ideas, con canciones, con propuestas de repertorio. Estoy bastante abrumada por el amor y dedicación de todos, inclusive el staff como el ingeniero de sonido, la stage manager, las personas que van a ayudar detrás del escenario, absolutamente todos.

Lo otro ha sido el descubrimiento de la riqueza en la cultura sefardita. Este espectáculo ha sido como abrir una ventana a un mundo absolutamente maravilloso y tan rico culturalmente. Todos en este proceso estamos aprendiendo mucho sobre la belleza que existe en la diversidad humana y sus expresiones culturales.

Algo nuevo este año que ha sido especialmente gratificante ha sido la colaboración con Early Music Seattle, quienes han hecho la parte de producción para lograr que este espectáculo vuelva a los escenarios. Han sabido escucharnos y acomodarse con mucha flexibilidad a nuestra forma de hacer las cosas y eso ha sido fundamental para el éxito de este proyecto.


Apreciado lector/a, este tipo de eventos propicia oportunidades para que las personas se junten, se conozcan mejor y aprendan a celebrarse a sí mismas. Por lo general son eventos que mezclan intencionalmente esa riqueza educativa, cultura y de entretenimiento de nuestras culturas indiferentemente de nacionalidades y edades.

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