Latinas agricultoras en medio de un centro urbano trabajando por la justicia alimentaria

Latinas agricultoras en medio de un centro urbano trabajando por la justicia alimentaria

Con un programa de emprendimiento que impulsa la prosperidad de inmigrantes.

Autor: Maribel Pastor.

La idea de trabajar la tierra en una zona urbana nació en el 2017, solo con unas pocas mujeres inmigrantes bajo el liderazgo de Villa Comunitaria en Marra Farms ubicado en South Park. Era el comienzo de un programa de agricultura de esta organización sin fines de lucro, donde tres familias latinas trabajaron la tierra con el nombre de Salsa de la Vida.


“Queríamos un nombre que representara a los latinos, que signifique sabor, comida y alegría de vivir la vida”, cuenta Amanda Zenteno, una de las mujeres pioneras de este programa de Villa Comunitaria.

El objetivo de Salsa de la Vida es darle acceso a familias latinas a alimentos frescos y orgánicos para su consumo personal y el de la comunidad de South Park a través del Food Bank.

Salsa de la Vida nació como un proyecto piloto para crear un modelo cooperativo a través de promotores de alimentos saludables para aprender acerca del acceso y los problemas de la justicia alimentaria. Muchas minorías debido a cuestión de [acceso a] recursos, tienden a consumir alimentos procesados que producen consecuencias en la salud a largo plazo, en vez de verduras frescas y orgánicas.

Villa Comunitaria, adicionalmente, ofrece programas que son clave para ayudar a los inmigrantes latinxs a navegar las complejidades del sistema legal de inmigración, vivienda, salud y educación de los Estados Unidos; facrtores esenciales para que las familias puedan prosperar.

Esto es lo mejor que he vivido desde que estoy en EEUU

Así las mujeres de Salsa de la Vida pudieron cosechar verduras como Jitomate, cilantro, tomatillo, chiles, zanahorias y una serie de otros vegetales de uso diario. Una vez que la producción comenzó a crecer, Salsa de la Vida pasó a ser algo más allá de un pasatiempo y se convirtió en una forma de ingreso para este grupo de mujeres. “Muchas de nosotras queríamos trabajar y darle sentido al día a día más allá de la familia, pero era difícil. Con Salsa de la Vida, sentimos que comenzamos a hacer algo con nuestras propias manos y que podíamos contribuir”, cuenta Amanda, quien además confiesa que no sabía nada de agricultura hasta que comenzó con este proyecto.

Foto: Amanda Zenteno regando y cuidando el vivero y semilleros.

“Yo me crié en el ambiente de ciudad en México, trabajé en fábricas y en limpieza y luego vine a Estados Unidos y me encontré con la agricultura. Mucha gente que viene de Latinoamérica conoce algo de agricultura, pero yo no. Pero cuando comencé a aprender a sembrar, cultivar y cosechar y usar mis manos, me di cuenta de que puedo crear alimentos, que yo consumo, comparto con los demás y además puedo tener un ingreso. Todo el aprendizaje ha sido un crecimiento enorme. Es lo mejor que he vivido desde que estoy en EEUU”.

Desde la semilla hasta el producto final

Salsa de la vida, como proyecto piloto, también comenzó a dar capacitación a sus promotoras en otras áreas de negocios con el fin de crear un modelo cooperativo para que los participantes desarrollen productos de valor agregado bajo un modelo empresarial de alimentos. Es así como se desarrollaron talleres de compostaje, riego, ventas, mercadeo y remodelar y limpiar el terreno existente y que dieron paso a un crecimiento y diversificación en las actividades de las promotoras de Salsa de la vida con la venta de sus vegetales a través de una membresía y con la creación de Vida Herbolaria en la cual las promotoras desarrollaron su propia línea de productos orgánicos como lociones, bálsamo labial y variadas mezclas de aromáticos te de hierbas.

Actualmente bajo la coordinación de Diana Hernandez, Salsa de la Vida intenta poder aumentar su cartera de clientes. Luego de clases de mercadeo, creación de cooperativas y talleres de agricultura, las promotoras esperan esta temporada poder vender más cajas de verduras y que la comunidad además conozca los productos de Vida Herbolaria.

Arriba,las damas de Salsa de la Vida a inicio de temporada de siembra y cultivo: Amanda ,Telma, Santa y Silvia – de izquierda a derecha.

Foto: Las agricultoras en Marra Farms.

Foto: Vida Herbolaria – El programa que ayuda a iniciar proyectos de agricultura orgánica local.

Mujeres que florecen

Diana llegó solo hace unos meses a Villa Comunitaria. Pero en este corto tiempo, la experiencia de trabajar con las promotoras de Salsa de la Vida y de conectarse a la tierra, la ayudaron a darse cuenta de cual es su llamado de vida.

Foto: Diana Hernández.

“Siempre me había preguntado. ¿Qué quiero estudiar? Y desde que estaba en la escuela, sentía que no quería tomar una decisión apresurada. Pero al llegar esta oportunidad de unirme a Villa Comunitaria sentí que finalmente tengo una respuesta a esa pregunta”.

“Actualmente solo llevo 4 meses, pero puedo decir que después de poco tiempo siento que estoy desenvolviéndome para convertirme en la mejor versión mía. Villa comunitaria es un lugar de gran aprendizaje y apoyo en equipo”, explica Diana , quien recientemente coordina a las promotoras Amanda Zenteno, Silvia Jerónimo, Telma Aguilar y Santa Pablo.

Diana cuenta que se enteró de este trabajo por medio de una de las promotoras. “Este trabajo es muy diferente en comparación a lo que hecho en el pasado. Quiero imaginarme que este es una nueva etapa de mi vida.”

Y al ser una beneficiaria de DACA, ella siente que ha tenido que aprender a apreciar cada logro y capítulo de la vida de formas muy significativas: “Estoy muy orgullosa de mis padres por enseñarme mi cultura y mis raíces de dónde vengo.”

“Mi mamá me platicó de su vida y me di cuenta de que ella viene de familia agricultora. Mi Abuelo fue ganadero y crecía su propia alfalfa para sus animales. Ella junto a su familia ayudaron a mantener el rancho. Mi papá no vino de familia de rancho, pero me ha enseñado muchas cosas de jardinería; su pasión es los campos y la arquitectura de los jardines”, añade. “Teniendo mi familia en mente, siempre he querido comprar un rancho, pero pensé que ser dueña de algo como lo que tenía mi abuelo era imposible aquí en los Estados Unidos.”

Las agricultoras han estado trabajando también en la creación de varios productos de uso diario agradables, con buenos ingredientes y muy bien hechos: como lociones, ungüentos, tinturas y velas, con ingredientes directamente de su jardín de hierbas. ¡No te pierdas la oportunidad de probarlos!

Con Salsa de la Vida puedes adquirir una membresía para comprar su caja de vegetales y verduras frescas y a tiempo.

Al trabajar con Villa Comunitaria y los programas con los que colabora Salsa de la Vida le permite a las latinas obtener información real y más amplia sobre recursos disponibles y cómo luchar por sus sueños.

Y con esta experiencia, Diana por fin tuvo respuesta a su pregunta: “Me gustaría estudiar Agricultura y Ganadería”.


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