La felicidad de volverte a encontrar

La felicidad de volverte a encontrar

¿Dónde está el éxito? ¿acaso soy exitosa? Y es aquí donde me pregunto también: ¿Por qué tenemos que ser fuertes cuando sabemos que llevamos tristezas y necesitamos ser escuchadas y […]

¿Dónde está el éxito? ¿acaso soy exitosa? Y es aquí donde me pregunto también: ¿Por qué tenemos que ser fuertes cuando sabemos que llevamos tristezas y necesitamos ser escuchadas y tener un hombro donde llorar? ¿Por qué debemos mostrar a la sociedad que llevamos una sonrisa en nuestro rostro toda la vida para que no nos tachen de deprimidas, apáticas, negativas, mal encaradas, apachurradas, incluso hasta tóxicas? ¿Por qué sentimos que tenemos que demostrar que somos valientes cuando las piernas nos tiemblan, cuando los nervios nos ganan o cuando no hemos podido superar nuestros miedos al grado que nos invade un pesimismo al pensar ‘no lo voy a lograr’? ¿Por qué hay que cuidarnos tanto al hablar o escoger qué decir para no cometer un solo error sabiendo que vamos a ser juzgadas, criticadas, ignoradas e incluso desprestigiadas, cuando simplemente quizá sea solo eso: un error?

Todo esto porque contínuo explorando, conociéndome y buscando ser yo misma.

Es entonces con estas preguntas y reflexiones donde me decido a crecer, poniéndome en acción, tronándome los dedos cuando no se hacer algo, dejándome guiar, llorando cuando me siento frustrada, atemorizada o atacada, porque mi ser me grita: “Hay un propósito aquí para tí”. Y sigo aún contra viento y marea.

Que fácil sería decir ‘ya no’ y desistir, pero entonces todo seguiría igual.



Mi verdadero crecimiento comienza porque acepto los retos y metas que me pone la vida (no los que yo me impongo) en esas oportunidades que se me presentan, en ese ‘yo’ guardado que vive dentro de mí y a quien no dejaba salir pero que sabía que estaba conmigo desde el principio –aún con mis miedos, limitaciones e inseguridades, me permito dejarlo salir porque se que vive dentro de mí y que hay un motivo por el cual siento ese deseo.

Y el día extraordinario es ese en el que despiertas y te das cuenta de que recibiste muchos buenos ejemplos y valores de personas que te dieron amor, afecto, amistad, enseñanzas y sonrisas a lo largo de tu caminar desde tu infancia y entonces justo allí quieres compartir de lo que fuiste hecha.

El verdadero crecimiento es cuando te cansas de ver qué no sucede y que anhelas un cambio. Que no solo se necesita decir “me gusta ayudar” si no demostrarte que lo haces, que en verdad y con orgullo puedas decir estoy “ayudando” a que esto suceda y se está cumpliendo a pesar de que el proceso sea lento. La vida te puede dar éxito, pero el éxito que tu quieres podría ser otro y algo inimaginable que acontece y te hace tomar un nuevo camino. Hoy día, me encanta saborear la bebida de la satisfacción, de la lucha, de vencer, de levantarme y seguir porque es una de las mejores bebidas para continuar buscando más y más sin cansarme. Hacer cosas sin parar porque se disfruta, porque te llena, te hace feliz y puedes hacer que eso que estás viviendo se extienda a otros. Ese es mi verdadero éxito: sentirme amada con lo que hago, no con lo que el mundo me impone o me dice cuáles son los éxitos por alcanzar.

Hubo días que me intimidé al estar cerca de personas exitosas, con educación, de grandes aspiraciones, talentosas y reconocidas, pero a la misma vez tenía esa necesidad de buscarlas, admirarlas, emocionarme con ellas, y observarlas aprendiendo de ellas ya que me identificaba. Ahora sé que para crecer necesito ser un ser imperfecto, con errores, limitaciones, dudas y miedos; la historia no termina con un sueño o éxito más que uno ha cumplido –no es el final, ¡hay que ir por más!

 

Y es ahora que sé que yá ha comenzado a hacerse realidad. Esta ilusión de darle a la vida quizá solo un poco de lo mucho que me ha regalado y de lo que he recibido está allí, y agradeciendo cada instante de mi vivir con experiencias gratas y otras no tanto pero en donde he aprendido que ¡creer en tí, ese es el mejor éxito! Creer sin dudar, sin retroceder, solo pensando que algo muy bueno está por suceder y que ya ha comenzado porque ya te has encontrado. Exitoso no es aquel que impone, es aquel que se deja guiar e inspirar por lo que los demás pueden aportar, aprende de ellos y solo hecha todo a andar, uniendo la voluntad de todos, reconociendo que no es mejor, si no más bien que está en esa contínua búsqueda y motivando a los demás a que encuentren su propio éxito.

Autor Colaborador: Karina Santos.


Y para tí, apreciado lector, deseamos que esta artículo compartido por Karina Santos, no solo haya sido de tu agrado sino que también hayas encontrado en él un motivo de inspiración y crecimiento para tu mejor calidad de vida. Y si te gustaría compartir temas similares a estos con nosotros más adelante, siéntete en libertad de entrar en contacto.

 

Caja de Comentarios
Comparte este artículo 😉
0Shares
Scroll al inicio